lunes, 9 de febrero de 2015

Lucecilla



Traes el rumor del mañana escrito en cada uno de tus pasos.

Andabas como un duende, dando pasos de niño pequeño, dejando en las huellas ramitas de colores, y es que te hiciste fuerte de caminar, te hiciste fuerte en tu corazón coraza y estallaste a la vida como estallaron las ramas que te contenian.

Ahora alzas a cada paso un vuelo, preparando un gran salto, preparando tus garras para una batalla que sólo has de ganar.

"Nos reiremos de la vida al jugar, e iremos de aquí a donde la vida nos lleve con la cabeza bien alta" es como una promesa que nos hicimos sin decir nada

No dejes de iluminar las mañanas, no dejes que las gotas de tinta y de plástico fundido se te peguen a la piel, que tus pasos se vuelvan más pesados,

Por favor, cuidate de las picas que alzaron los hombres, del fuego de sus manos, de las flechas que lanzarán al verte emprender el vuelo.

Pero que eso no cambie las cosas, que vueles alta y serena; brillarás como un relámpago al cruzar la noche, dejarás una estela blanca y el recuerdo de tu figura en los ojos de nuestros corazones.

Temblarán las tierras de tu sonido, una catarata rugirá tu nombre, las montañas respirarán parte de ti, luego lloverás a la tierra como un agua fría y sanadora.

Y cuando llegues al otro lado del mar, sientate un momento a recordarme, a buscarme entre lo blanco y yo me haré un ovillo dentro de la nada para que puedas notar mi impulso




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