lunes, 18 de mayo de 2009

Cae la tarde y lleva una noche

Hoy de rosas tiño el olvido, que "está lleno de memoria".
No sé que me espera tras la encrucijada de lo que fue,
lo que pudo haber sido, lo que es y lo que será.
Guardo para mí esa tarde porque sería imposible olvidarla,
guardaré si vienen más de esa misma sonata.
Haría castillos, preciosos, de juntar recuerdos, simplemente
para que no se los lleve el tiempo.
Y en la esquina me asalta la duda, me grita, poniendose chula
"¡Tu! ¿Donde crees que vas con esos aires?"
y tiene razón, pero solo en parte.
Si llegan más tardes como esa, más sonrisas de tu boca inquieta,
si esperas algún instante que me siente a tu vera,
yo, encantado, haré que florezcan.
Mas si huye el murmullo del agua, en la que se reflejaba la noche,
lo atesoraré en mis manos, en mi piel, en la plaza sin gente.
Porque yo no quiero ser temeroso de lo que mis pies andan,
si se encuentran contigo y vienes sola, gustosos te acompañarán.

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