domingo, 24 de mayo de 2009

Solo quiero leer

Empiezo a vivir en esta podredumbre que supura mi piel. Me llevo pequeñas dosis de muerte a la boca hora tras hora, el hábito está cargado de monotonía. Ayer empezó a diluviar y parece que no va a parar en un tiempo. Si por lo menos fuese una lluvia renovadora me sentiría más contento, pero solo es un temporal de infestación y calor agobiante. Solo soy un reflejo de una persona, sentado, dejando pasar las horas, escuchando viejas canciones que hablan de felicidad mientras me voy pudriendo lentamente. Miro el trabajo acumulado y suspiro, no quiero abordarlo, me basta cojer un libro y sentarme a esperar que todo pase.
"Sé lo que necesito" es todo cuanto me digo, pero aún sigo esperando ese día que todos esperamos, el día en el que empezaremos a hacer aquello que realmente queremos. Pero, ¿acaso somos titeres de nuestras decisiones? ¿podemos aguantar atados a los hilos de lo que hemos elegido?. Mi fuerza de voluntad escasea cuando no siento una atracción directa por lo que estoy haciendo. ¿Que estoy haciendo? Bien por el que lo sepa. Yo ahora mismo pienso que no estoy haciendo nada, como hacía Raskolnikov, el pobre de él, todo el día mirando a la pared sumido en cavilaciones fugaces, infructuosas.
Solo quiero leer y dejar que el tiempo pase. Aunque sé lo que necesito no es el momento para conseguirlo, no es el momento para intentar nada, y no es que realmente no sea un momento propicio, simplemente no tengo ganas ni de intentarlo. ¿Que es lo que estoy haciendo, dios vuestro? Dejandome perecer en una sombría habitación, sin afrontar el trabajo que de mí se espera. Siempre he conseguido llegar a todo lo que esperaban de mí, pero llegado este punto me pregunto ¿que espero yo de mi mismo? ¿por qué tengo que ser aquello que de mí se espera? ¿y si no quiero ser nada de eso?
Siento que llegará el día en el que me marcharé para dejarlo todo atrás y buscarme, buscarme en cualquier remoto paraje, en otra forma de vida, en otros impulsos. Yo nací para amar al arte, lo único que me motiva últimamente. La lectura, la música, la naturaleza, la escritura... ¿que hago yo en esta tecnocracia de la que soy fiel vasallo? ¿Donde están mis decisiones?

3 comentarios:

  1. qué tipo enroscado, eh...

    si sabés lo que necesitás, por qué no querés hacerlo? por qué tus deseos se alejan de tus necesidades? o peor: por qué tus necesidades se alejan de tus deseos?

    cuando me desoriento, me busco en mis deseos inmediatos. son como el hilo de ariadna que me conduce a la salida del laberinto de mis reflexiones inútiles y me devuelve al camino de las acciones. es solamente preguntarse "qué quiero ahora?" y hacerlo, sin darle tiempo al miedo porque el miedo detiene.

    ahora quiero tomar mate. pero no en casa, quiero aprovechar el sol y tomar mate en una plaza. quiero sentarme justo enfrente del tipo que duerme ahí porque no tiene casa y, recibiendo esa cachetada de injusticia, pensar cómo cambiar el mundo.

    hasta luego.

    abrazo

    ResponderEliminar
  2. lo que yo intentaba decirte era justamente que siempre hay motivaciones. el problema es que a veces uno se pierde en grandes ambiciones... tan grandes que no se sabe por dónde empezar, y entonces te detenés.

    (enroscado vendría a ser... voy a decirte cómo lo uso yo: para mí alguien enroscado es alguien que piensa de manera complicada, el que piensa en algo y le da vueltas y vueltas y vueltas y vueltas... tanto que termina apretado como un tornillo, en el mismo lugar del que partió...)

    y sí, fui a tomar mate. y volví por más!

    besos!

    ResponderEliminar
  3. Tu decidiste acerlo, apechuga, los demás también debemos, jeje. A mí también me ocurre lo mismo, miro los folios y se me va la cabeza, pero hoy me he enfrentado a ellos.
    Porque yo quiero.

    ResponderEliminar