martes, 17 de marzo de 2009

Si le doy unas caladas

Si me lo rulas yo me enciendo y ya no paro
hasta consumirme los tobillos de cansancio
de dar patadas a las nubes y a los charcos
y apartar nubarrones a zarpazos.

Que luego se me tornan más borrosos
porque no quieren hacerme puto caso
los carabobos que me lamen las heridas
si en verdad quieren prenderme las costillas.

Luego me laterá a cien por hora
parecerá que me retumba el pecho
y no podré decirte a la cara
que en el fondo soy un tipo muy malhecho.

Si luego le doy otras caladas,
tendré que tirarme al solitre a olvidarlo
para tragarme los esputos malpagados
para rascarme la patilla y los ovarios.

Y si a la noche aún me aguanto pienso
que pienso luego siento, luego malo
y despertarme a la mañana entre tus senos
con el corazón forrado y endurecido
y con la cara consolá de nuevo.

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