lunes, 6 de abril de 2009

Calles de ciudad

Me revienta la monotonía en las gentes de la calle, las miradas fijas al frente, el no escudriñar. Me arrebata una sonrisa el ver miradas curiosas, el saber hacer frente a los ojos de otra persona, los saludos cordiales y la gente extravagante.
Me encanta pararme unos instantes en la vía pública para observar con detalle a los que pasan, imaginarme como son sus vidas por la actitud que toman cuando andan o cuando gesticulan.
Me mata la chulería, el ver a unos chavales imberbes haciendo total desprecio a la educación para con los demás, me puede, hace que supure desprecio, y compasión por los padres que tienen que aguantarlos. En el caso de que los padres sean también carentes de tacto la lástima desaparece. Pero, ¿que habrá hecho una buena madre para merecer un hijo tan pésimo, tan jodidamente podrido y con tono arrogante y chulesco?
¿En que estamos fallando?¿Educación? Probablemente sea la excusa más directa a la que aferrarse sin entrar en complicaciones sobre el resto de nuestra sociedad. ¿Tan poco hemos avanzado como para no saber ofrecer una educación integra en moral para los hijos de nuestro mundo, los que heredarán nuestro legado?
Parece que el reloj de arena de nuestros días, según los más alarmistas, está agotandose. ¿Y esto es lo último que va a quedar de nosotros?
¿ESTA PUTA MIERDA?
Siempre soñé que la humanidad podría tener un final más relevante y algo más tardío.
Malditos capitalistas, gente envenenada, se han cargado el mundo en 2 siglos, lo que no había conseguido ninguna civilización.

Se que soy muy repetitivo, más que el ajo, cuando tengo que hablar de esta gente, pero despiertan un malestar general en mí a lo largo del día cuando tengo que lidiar con la realidad.
Seguiré intentando llevar a nuestro espíritu más rayos de ilusión para no caer en el nihilismo negativo y el cinismo del que hace gala más de uno.
Mientras no ardamos seguiremos soñando con un horizonte mejor.

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