El lento andar de tortuga pisando crisalidas, aguantando una roca demasiado grande e imperfecta, arrasando con desden los senderos para labrarlos.
El lento caer de una gota tras otra, llenando un vaso que nunca está lleno, ¿porque no abrimos el grifo del todo para que se inunde el cuarto?
Inacabado e inempezado me someto a la voluntad del tiempo. Decidirá que se lleva y que deja en recuerdo. Si quieres lanzarle piedras al tejado de mi casa, ves haciendolo para que pueda ir llamando al sereno. Que esta noche volveré tarde y necesito sus llaves por si luego me arrepiento de no haberte sacado al baile.
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Me han gustado estas palabras, son amables y a la vez dicen varias verdades.
ResponderEliminarVine aqui, creo que tus palabras te dicen mucho... y eso, es lo que siempre me sucede a mi.
Un beso!
Precioso, espero que no sea el sólo quien decida qué se queda y que se tira al pozo del olvido. Espero que también pese tu deseo de recordar y como una piedra en lo alto te devuelva la teja inundada de su mirada.
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